TLAXCALA Es la entidad federativa con menor superficie de la República Mexicana, pero posee un extraordinario pasado histórico (Hernán Cortés se maravilló tanto con la ciudad prehispánica de Tlaxcala, que llegó a compararla con Granada, Venecia y Génova), además de gran riqueza en arte sacro, folklore, gastronomía y tradiciones. De hecho fue, en 1563, la primera ciudad a la que Felipe II otorgó escudo de armas con el título de “muy noble y muy leal”.
El trazo de esta urbe no se ciñó exactamente al de las ciudades coloniales tradicionales; por ejemplo, la Catedral de Tlaxcala no se encuentra en el zócalo o plaza mayor, sino se ubica al sureste de la misma.
La Catedral se halla en el edificio del ex-convento franciscano de Nuestra Señora de la Asunción, que data de 1537, en donde se presume que se ofició la primera misa y se realizó el primer bautismo de la Nueva España.
La Zona Arqueológica de Cacaxtla será el primer punto que visitaremos; ahí conoceremos el Gran Basamento, el Edificio de las Columnas, El Palacio, el Patio de los Rombos, el Cuarto de la Escalera con su interesante pintura mural de reminiscencias mayas, entre otros testigos mudos de nuestra historia prehispánica
También recorreremos la Plaza de la Constitución y el Palacio de Gobierno de estilo plateresco, que alberga en sus paredes un mural que narra la historia del estado, obra realizada por el maestro Desiderio Hernández Xochitiotzin. Observaremos la capilla abierta de estilo gótico en el ex convento franciscano de Nuestra Señora de la Asunción; la Catedral y la plaza de toros.
Posteriormente visitaremos la Basílica de Ocotlán para admirar su inigualable retablo mayor, de estilo churrigueresco. Al pardear la tarde, nos dirigiremos a nuestro hotel.
Pernocta en Tlaxcala.
DÍA 02: Tlaxcala-Puebla
Traslado de la ciudad de Tlaxcala a la de Puebla (37 kilómetros).
PUEBLA DE LOS ÁNGELES
La maravillosa capital de este estado es resultado del amalgamamiento cultural de varios grupos indígenas: tlaxcaltecas, cholultecas, huejotzincas y mixtecos, con diversas órdenes religiosas provenientes de Europa (franciscanos, dominicos, agustinos y jesuitas) con la misión de catequizar a los habitantes del recién descubierto Nuevo Mundo.
La leyenda cuenta que Julián Garcés, Obispo de Tlaxcala, una noche de 1530, tuvo un sueño en el que veía y gozaba un sitio angelical y divino caracterizado por su tranquilidad, paz y belleza, dotado de vegetación, manantiales y flores.
Fueron los ángeles que lo habían guiado a tan maravilloso lugar, quienes delimitaron el espacio que debería ocupar la ciudad y trazaron calles rectas y más anchas que lo habitual orientadas al norte magnético, con el fin de evitar los vientos provenientes del volcán La Malinche.
Debido a ese sueño premonitorio del clérigo, la ciudad fue llamada Puebla de los Ángeles, nombre que conserva. En su arquitectura resalta el uso de la cantera y el azulejo en bellas construcciones civiles y religiosas que persisten hasta la fecha. La Catedral de la Virgen de la Purísima Concepción, la Biblioteca Palafoxiana, el Palacio Municipal, el Ex Convento de Santo Domingo con su Capilla del Rosario, son sólo algunas de las más de mil construcciones protegidas que aún se encuentran en el Centro Histórico, nombrado PATRIMONIO CULTURAL DE LA HUMANIDAD por la unesco, en 1987.
Al respecto, el ICOMOS MEXICANO A.C. señala: “Puebla, que se fundó en 1531, se sitúa aproximadamente a 100 km del Este de la Ciudad de México, al pie del volcán Popocatépetl. Ha conservado sus grandes estructuras religiosas como la Catedral construida entre los siglos xvi y xvii y los majestuosos edificios como el viejo palacio del arzobispado. Se adoptaron los nuevos conceptos estéticos que fueron el resultado de la fusión de los estilos europeo y americano y son muy peculiares del Distrito Barroco de Puebla”.
Para conocer los edificios más representativos del lugar haremos un recorrido peatonal por el Centro Histórico de Puebla, que culminará en el Barrio de los Sapos, con su plazuela rodeada de vetustas casas que datan de la época de la Colonia, las cuales ostentan majestuosos balcones y portones, actualmente habilitadas como bazares de antigüedades, fondas, restaurantes y alegres bares.
La comida la realizaremos en un típico restaurante poblano.
La visita al Centro Histórico de Puebla concluirá en la Calle de Santa Clara, donde desde el siglo xviii se ubica el Convento de las Clarisas. Los conventos hicieron grandes aportaciones gastronómicas a Puebla, a México y al mundo, con sus suculentas recetas. Se dice que ahí nacieron platillos como el mole poblano, el mancha mantel y los chiles en nogada, que a su gala de sabores aunaron el lujo de ser servidos en exquisitas vajillas de talavera.
Otros manjares poblanos que halagan a propios y extraños son las chalupitas, pellizcadas, peneques, picadas, quesadillas, molotes, enchiladas, pipián y cuitlacoche, entre otros.
La ciudad también es cuna de postres y dulces deliciosos como el rompope, las lágrimas de obispo, las pastas de almendra y muchos otros que halagan el paladar más exigente. La calle de Santa Clara (Seis Oriente) está repleta de comercios que expenden estos productos de alta calidad. Algo que no podemos dejar de llevar a casa son los populares camotes de sabores.
Tendremos tiempo también para conocer y adquirir artesanía poblana de ónix, vidrio, madera, reproducciones en miniatura, bordados y por supuesto la famosa talavera poblana, originada en el arte mudéjar en tiempos virreinales y que actualmente cuenta con denominación de origen, la cual certifica que debe ser elaborada 100% a mano, con materiales y técnicas tradicionales: es decir, bajo las mismas ordenanzas utilizadas en la Colonia.
DÍA 03: Puebla
Después de desayunar, realizaremos una visita a la Zona Arqueológica de Cholula, caracterizada por poseer la pirámide con mayor dimensión en su base a nivel mundial.
En este lugar conoceremos, entre otros sitios, la Plaza de los Altares, el Mural de las Mariposas y el Mural de los Bebedores.
En los alrededores de Puebla, visitaremos el Templo de Santa María Tonatzintla, muestra suprema de la fusión arquitectónica y artesanal del conocimiento español con la mano de obra indígena (tequitqui) y que hoy en día es considerado como la expresión máxima del barroco mexicano o barroco indígena del país.
Asimismo conoceremos otra obra del barroco mexicano que data del siglo xvii, el Templo de San Francisco Acatepec, construcción recubierta en su fachada por cerámica, en su mayoría loza de Talavera, cuyo interior impacta por la decoración a base de yesería con expresivas imágenes.
Tiempo para tomar los alimentos.
Luego de comer, iniciaremos el traslado a la ciudad de Oaxaca, distante a 365 kilómetros. Se estima un tiempo aproximado de 4 horas de viaje, el arribo será alrededor de las seis de la tarde.
Registro y pernocta en el hotel de Oaxaca.
DÍA 04: Oaxaca
La diversidad cultural de Oaxaca se manifiesta por contar con 16 grupos étnicos, que dan a la entidad un colorido mosaico de usos y costumbres, idiomas, mitos, trajes, ritos y fiestas. Destaca el hecho de que aún existe una gran solidaridad entre la población; es frecuente encontrar el trabajo cooperativo comunal, entendido como el apoyo entre vecinos, y también existe el trabajo comunitario gratuito y obligatorio; en el aspecto político-administrativo, la entidad se divide en ocho regiones y la constituyen 379 municipios.
En su territorio se encuentran diversas riquezas naturales como playas, montañas, bosques, valles, además de vestigios prehispánicos y joyas coloniales.
La vasta y variada gastronomía de este lugar nos permite degustar deliciosos manjares en cada uno de los tiempos de una comida, como los chapulines dorados y empanadas de amarillo, salsa de gusanos de maguey, totopos, quesillo, chorizo o tlayudas (grandes tortillas tostadas en comal) con asiento como entremés; para continuar, caldo de guías de calabaza, espinazo en tomate, moles en cinco variedades, especialmente el negro, que no hay que dejar de probar; chiles rellenos y tamales envueltos en hojas de plátano entre otras delicias. Para beber, mezcal, chocolate frío o caliente, en agua o en leche, u horchata con tuna, y para terminar un delicioso sorbete o nieve de leche quemada, son tan sólo algunas de las variedades que ofrece la mesa de Oaxaca.
La gran diversidad étnica y cultural del estado también se ve reflejada en la exquisita artesanía que se produce en sus diferentes regiones: alfararerÍa, alebrijes, barro negro, cestería, cuchillería, hierro forjado, orfebrería y textiles.
Es interesante ver a los artesanos en plena labor; sin embargo, si el tiempo no permite visitarlos en sus talleres, los productos de cada especialidad pueden ser adquiridos en el mercado Benito Juárez del centro de la capital.
Después de tomar un apetitoso desayuno partiremos rumbo a Mitla, haciendo una breve escala en Santa María del Tule a 14 kilómetros de la ciudad, donde apreciaremos un robusto sabino de más de 2,000 años de antigüedad, 42 metros de alto y 58 de espesor, que es emblemático de esta población.
Si nuestros visitantes así lo desean, podremos hacer una breve escala en el Rancho Zapata para degustar en una destilería la bebida tradicional de Oaxaca, el mezcal.
Uno de los atractivos de Mitla es su refinada artesanía textil, consistente principalmente en prendas femeninas con delicados bordados. Las prendas más exclusivas pueden admirarse y adquirirse en el centro de la población.
A 29 kilómetros de la ciudad, en la Zona Arqueológica de Mitla (“Lugar de Muertos”), urbe prehispánica que floreció en el posclásico, podremos admirar la rica ornamentación de sus edificios y sorprendernos con la exactitud y simetría de las grecas plasmadas en la mayoría de sus construcciones, así como conocer la majestuosa Iglesia de cúpulas rojas, algunas tumbas y sentir el mágico ambiente del lugar.
Luego, en “Hierve el Agua” admiraremos las impresionantes precipitaciones petrificadas, únicas en el país.
Al terminar iniciaremos el regreso a la ciudad de Oaxaca, de la que, en este punto, nos separan aproximadamente 70 kilómetros.
El resto de la tarde es libre, para descansar o caminar por la ciudad.
Pernocta en Oaxaca.
DÍA 05: Oaxaca
Después de desayunar, iniciaremos nuestro City Tour visitando, entre otros sitios, la magnífica Catedral, iniciada en 1535; el Andador Turístico Macedonio Alcalá, calle peatonal que parte del zócalo de la ciudad, en el que veremos la Rectoría y oficinas de la Universidad Benito Juárez, la biblioteca pública del estado, el Monte de Piedad, el Ex Convento de Santo Domingo de Guzmán, maravillosa obra construida entre los siglos xvi y xvii, donde se ubica el Museo de las Culturas de Oaxaca, donde se exhiben los Tesoros de La Tumba número 7, entre los que destacan sus joyas en oro, plata, cobre y jade; en el Templo de Santo Domingo de Guzmán admiraremos el resplandeciente Retablo Mayor, magnífico ejemplo del barroco mexicano. En el año 1987, Xoxocotlán y Cuilapan, municipios oaxaqueños, fueron inscritos en la lista del PATRIMONIO CULTURAL DE LA HUMANIDAD de la UNESCO.
El ICOMOS MEXICANO, A.C. refiere: “La traza de la ciudad de Oaxaca es un excelente ejemplo de la planificación del pueblo colonial español. La solidez y el volumen de los edificios son muestra de su adaptación a una región con una actividad sísmica importante, en la que ricas obras arquitectónicas fueron construidas”.
Concluiremos nuestro City Tour en un típico mercado oaxaqueño con su característica mezcla de olores, colores y sabores de los auténticos productos regionales que ahí se expenden. Aguas frescas, dulces, nieves, chocolate, mole negro, quesos y cecina harán las delicias de nuestros visitantes. También podrán encontrar artesanía de la región, ropa con bordados divinos, platería, sombreros, cuchillería, tapetes, rebozos, alfarería, entre otras preciosidades salidas de las hábiles manos oaxaqueñas.
Tiempo libre para comer.
Por la tarde/noche, el transporte pasará al hotel para conducirnos a la representación de la fiesta más importante de Oaxaca: La Guelaguetza (sólo el viernes de cada semana).
Las siete regiones de Oaxaca: Valles Centrales, Sierra Juárez, La Cañada, Tuxtepec, La Mixteca, La Costa y el Istmo de Tehuantepec se reúnen en esta tradicional fiesta de los Lunes del Cerro en el auditorio Guelaguetza, para llevar ante nosotros un espectáculo lleno de colorido: trajes regionales, danza y bailables representativos de cada zona. Hay incluso versiones acerca de que es la fiesta folklórica más auténtica y representativa de Latinoamérica.
Esta ancestral fiesta es resultado del sincretismo entre los ritos en honor a la diosa del maíz, Centeótl y la veneración a la Virgen del Carmen, llegada de tierras europeas.
El espectáculo está enmarcado por la música de jarabes, chilenas y pícaros versos de alguna de las regiones; chirimías, marmotas y gigantescos muñecos de tela inician la fiesta, seguidos por los majestuosos trajes regionales que, durante las interpretaciones de los bailables representativos de cada región, portan elegantes mujeres oaxaqueñas. El obsequio a los asistentes, por parte de los protagonistas del espectáculo, de frutas y artesanía de sus lugares de origen, corona el final del colorido festejo.
Pernocta en Oaxaca.
DÍA 06: Oaxaca
Después de desayunar, iniciaremos nuestro tour a la Zona Arqueológica de Monte Albán, sitio que fue habitado por los olmecas, zapotecas y mixtecos durante un periodo de 1,500 años y cuyas terrazas, diques, canales y pirámides se tallaron literalmente sobre la montaña.
Luego visitaremos Arrazola, a 11 kilómetros al sureste de la ciudad de Oaxaca, población que (aunque el origen de éstos fue en la Ciudad de México, por los rumbos del Mercado Sonora) es la sede de producción de los alebrijes, figuras fantásticas que no tienen igual en el mundo. “Alebrije” significa: cosa enredada, difícil, de tipo confuso o fantástico; estas figuras se elaboran partiendo de las ramas verdes de los árboles que se recolectan en las montañas, cuyas formas naturales sirven de inspiración a los artesanos para crear animales como leones, iguanas, víboras, puercoespines y seres híbridos de increíbles colores.
La última visita de este viaje será al Ex Convento de Cuilapam de Guerrero, emplazamiento dominico del siglo xvi construido a base de cantera verde con capilla abierta, templo, convento y claustro.
Curioso es observar que la mitad del templo se encuentra inconcluso.
A nuestro regreso a Oaxaca, tarde libre para preparar maletas y continuar con la ruta elegida o iniciar el regreso a casa:
FIN DE NUESTROS SERVICIOS
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