Muy temprano iniciaremos nuestro viaje a la ciudad de Taxco, haciendo una breve escala en la de Cuernavaca, distante 89 kilómetros de México, distancia que se recorre rápidamente por una excelente autopista.
Cuernavaca en el estado de Morelos, es conocida como la “Ciudad de la Eterna Primavera ” por el agradable clima que en ella perdura durante todo el año.
Visitaremos la parroquia de la señora de la Asunción que en 1891 fue elevada a la categoría de Catedral; el conjunto conventual compuesto por el atrio, la capilla abierta, la iglesia de la Asunción y el convento, se estableció en el siglo XVI por los doce primeros frailes franciscanos llegados al nuevo mundo, sin embargo ha sido en diversas ocasiones renovada, por lo que muy poco de la construcción original ha sobrevivido hasta nuestros tiempos.
Por su gran belleza, la Catedral de Cuernavaca está considerada por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Continuaremos con el trayecto de Cuernavaca con rumbo a Taxco, recientemente declarada Zona de Monumentos Históricos situado a 85 kilómetros aproximadamente.
Conocido originalmente como Taxco Viejo, la bella ciudad de Taxco deriva su nombre del vocablo náhuatl tlachco (“lugar donde se juega pelota”).
A la llegada de los españoles, estos se ubicaron en un lugar cercano llamado Tetelcingo y posteriormente Taxco Nuevo a finales de la década de 1520. En sus orígenes, este poblado fue un campamento minero como lo refleja su estructura urbana adaptada a las irregularidades del terreno mediante plazas, plazuelas y tortuosas calles, conformando un conjunto único con perspectivas de inmejorable belleza.
En el año 1937, el norteamericano William Spratling instaló su primer taller de platería, dándole un nuevo impulso a la producción de artículos de platería, convirtiendo a Taxco en un importante destino del turismo nacional y extranjero que daría nueva vida a la ciudad.
Visitaremos el templo de Santa Prisca de refinado estilo barroco de gran calidad y belleza, construido en tan sólo siete años, de 1751 a 1758 y costeado por un solo hombre: José de la Borda, importante minero de origen francés en agradecimiento a Dios por la fortuna que pudo amasar con la explotación de la plata.
Gozaremos de tiempo libre para comer y visitar las tiendas que ofrecen delicados y elegantes artículos de plata que han dado fama mundial a Taxco desde la época de la Colonia; la atractiva topografía de sus calles con grandes subidas, escalones y angostos caminos confirman su origen minero, y le dan un toque romántico y atractivo.
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